martes, 20 de septiembre de 2011

Quiero los cuarenta y seis besos que me prometiste,
ni uno más
ni uno menos,
todos en fila
y desordenados
paseando sin sentido por tus labios y mi cuerpo,
dejando al azar
el nacimiento de nuevas fuentes
sin culpa
inesperadas
y esperadas
como el juego de cuarenta y seis piedras 
que danzan sobre el lecho de un río.



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